INFECCIÓN VAGINAL

Cuando el flujo vaginal contiene gérmenes que suelen dar molestias o síntomas

SÍNTOMAS, DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

La infección vaginal ocurre cuando el flujo vaginal contiene gérmenes que provocan molestias o síntomas desagradables. Entre las infecciones más comunes se encuentran la candidiasis vaginal, causada por hongos como la “cCandida albicans”, y la “vaginosis bacteriana”, generalmente asociada a un desequilibrio en la flora bacteriana vaginal.

DIAGNÓSTICO Y GRAVEDAD

El diagnóstico de la infección vaginal puede realizarse mediante la identificación de síntomas característicos, como picor, escozor o dolor, que suelen estar asociados a la presencia de hongos o bacterias en la vagina. Además, en algunos casos puede ser necesario realizar un cultivo de gérmenes para confirmar el diagnóstico y determinar el tratamiento adecuado.

Aunque las infecciones vaginales suelen ser benignas y de fácil curación, es importante tratarlas adecuadamente para evitar complicaciones y molestias persistentes.

PREVENCIÓN Y RECOMENDACIONES

Para prevenir las infecciones vaginales por hongos, es recomendable evitar situaciones que puedan aumentar el riesgo, como el estrés o el uso prolongado de antibióticos, que pueden alterar el equilibrio de la flora vaginal. Además, mantener una buena higiene íntima y utilizar ropa interior de algodón y holgada puede ayudar a prevenir la proliferación de gérmenes en la zona genital.
En el caso de las infecciones bacterianas, como la vaginosis, es importante practicar medidas higiénicas adecuadas, como limpiarse de adelante hacia atrás después de ir al baño y utilizar preservativo durante las relaciones sexuales para prevenir la transmisión de enfermedades de transmisión sexual como la clamidia.

TRATAMIENTO Y DETECCIÓN PRECOZ

El tratamiento de la infección vaginal varía según el tipo de germen causante. Para las infecciones por hongos se suelen emplear antifúngicos, mientras que para las infecciones bacterianas se pueden utilizar antibióticos específicos. Es fundamental acudir al ginecólogo ante el menor síntoma de infección vaginal para recibir un tratamiento adecuado y prevenir posibles complicaciones.